En medio de la crisis sanitaria, es estrictamente necesario implementar protocolos de higiene y de seguridad que resguarden la salud de los trabajadores y el servicio que se entrega al cliente.
La aparición del COVID-19 -y sus temidas consecuencias- ha calado hondo en nuestras vidas y rutinas personales. El rápido contagio, y el desconocimiento general acerca de cómo actúa este nuevo coronavirus, hizo necesario que en nuestra cotidianidad hagamos lo posible para evitar su transmisión, con medidas estrictas de higiene.
Pero ¿qué pasa con las empresas? Una de las alternativas a la que se han acogido miles de organizaciones es el teletrabajo o trabajo a distancia. Esto es posible, cuando la naturaleza de sus operaciones lo permiten y resulta muy apropiado y conveniente que los trabajadores puedan utilizar las herramientas que ofrece Internet para darle continuidad a sus procesos productivos desde la seguridad de su hogar.
Sin embargo, existen muchas organizaciones que por el tipo de sus funciones, no es posible trabajar bajo la modalidad de teletrabajo. Un ejemplo de organizaciones donde las posibilidades de teletrabajo es muy acotado, son las del área de la Logística. En un estado de emergencia, el abastecimiento de productos requiere mantener la normalidad en una situación anormal, de modo de mantener y garantizar el continuo flujo de productos.
En 3PLS estamos comprometidos con las necesidades de nuestros clientes y la salud de nuestros colaboradores, por lo que hemos sido cautelosos y diligentes en aplicar en los espacios de trabajo todas las medidas que el Estado chileno, en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), determinan necesarias para evitar el contagio y proliferación del COVID-19.
De esta manera, y atentos a la constante actualización de la información, contamos con la siguiente estrategia de higiene:
- Mantención de los espacios ventilados y limpios.
- Limpieza y desinfección recurrente de utensilios, superficies y objetos involucrados en los procesos productivos, como mesas, escritorios, dispensadores de agua, casilleros, entre otros.
- Promover la higiene de los trabajadores, por medio de la disposición de dispensadores de alcohol gel de manera permanente en distintos puntos del centro de distribución.
- Replanificación de las actividades laborales de nuestros colaboradores con especial cuidado de que mantengan un metro de distancia entre ellos, evitando la aglomeración y el contacto físico.
- Medición de la temperatura corporal del personal al iniciar la actividad de trabajo, con el objetivo de identificar el principal síntoma de COVID-19, -fiebre por sobre los 37,8°-.
- Entrega de mascarillas y escudos faciales -protección ocular- a los colaboradores para así reducir al mínimo las posibilidades de contagio.
- Reforzamiento de las tareas de higiene en espacios compartidos, como baños y comedores.
- Implementación de señal gráfica relativa a la higiene en las instalaciones.
Por supuesto, el método de acción de un virus del que sabemos poco nos obliga a que estemos atentos a tomar nuevas y diferentes medidas de prevención y contención del contagio, en sintonía con la información que entregan a diario las autoridades sanitarias.
Sin duda, la actual situación mundial representa desafíos en nuestra organización: el de adaptarnos a las exigencias sanitarias con los objetivos claros de satisfacer de manera eficiente las necesidades de nuestros clientes, y proteger la salud de los trabajadores